Blog

A0856132-394C-4AE9-94B9-201CA1A8B400

Desde las instituciones del Estado Español y asociaciones feministas radicales de género se vierte la falacia de que el alegar el SAP evita el que mujeres víctimas de maltrato no lleguen a denunciar ni tampoco a divorciarse.  No cesaré en decir que el SAP está en las antípodas de la violencia machista, pero la falacia – a veces también la ignorancia- de que denunciando el SAP se evita que las mujeres se divorcien es un error de libro. Mi experiencia en tribunales de familia y penales, así como la literatura científica en materia de SAP, permite afirmar sin ningún género de dudas, que la dinámica de alienación parental se puede producir, antes, durante y después del divorcio. 

TIPOS DE ALIENADORES.

Ya he mostrado en otros artículos que el alienador puede ser tanto un padre como una madre. Pero en España, la realidad es que dentro del derecho de familia existe una discriminación hacia al varón en cuanto a custodia se refiere. En igualdad de condiciones ,en las que ambos progenitores tienen aptitudes para cuidar y atender a sus hijos, y ambos soliciten la custodia de los hijos, salvo que una mujer sea alcohólica, haya abandonado a sus hijos en un vertedero, los haya matado, o sea una enferma mental que afecte a la salud de los hijos, los hijos siempre se otorgan a las madres. Lo que vulnera de manera flagrante el artículo 14 de la Constitución Española.

Está claro que el progenitor custodio es el que más fácil lo tiene para manipular a un hijo para que rechace u odie de manera patológica al otro progenitor.  

De entrada, existen tres tipos de  alienadores  – maltratadores psicológicos- según los intereses  o móviles que llevan a manipular a un hijo, y dos tipos de alienadores según la manera  o forma en la que alienan. 

1º.- Alienadores cuyo interés es puramente económico.

Estos obligan o coaccionan al progenitor alienado para negociar el régimen de custodia, que pasa en multitud de ocasiones por régimen materno y una alta pensión de alimentos a cargo del progenitor. Este perfil de alienador no suele manipular a sus hijos hasta un nivel severo – tipo fobia-, sino que suele permanecer en el grado leve o moderado de SAP, pues ha satisfecho su maldad utilizando a sus propios hijos para conseguir el dinero del progenitor alienado. 

El hecho de que consigan sus fines crematísticos, no significa que no malmetan a sus hijos contra el progenitor alienado hasta que estos le odien de manera patológica. También son conocidos en el tráfico jurídico, los chantajes que ejercen muchas mujeres contra los padres para que, o bien pagan para obtener una custodia compartida, o bien no aceptan una custodia compartida y denuncian falsamente. 

2º- Alienadores con motivación emocional perversa. 

Se produce a raíz de la separación o divorcio. Actúan por odio, por ser de venganza; en muchas ocasiones porque el progenitor alienado ha rehecho su vida y es feliz. Felicidad que no soporta el progenitor alienador y buscan de manera incansable destruir al progenitor con el que ha tenido sus hijos. Quieren que el progenitor rechazado se hunda. Incluso interponiendo denuncias falsas de violencia de género para hacerle sufrir un calvario. Son personas muy perversas y destructivas. Su intención no es hacer daño sólo a través de los hijos a los que dicen tanto querer, sino en todos los ámbitos. Los progenitores rechazados acaban muchas veces muy mal económicamente, pierden amistades e incluso parejas nuevas, las cuales no soportan un acoso y derriba tan despiadado como el que ejercen estos alienadores perversos. Este tipo de alienación llega siempre al nivel severo. 

3º. Alienadores cuyo interés está en la propia patología o en sus prejuicios. 

Estos no tienen móvil no motivo. Simplemente piensan que así debe ser según su lógica o sus creencias acerca de con quién deben estar los hijos. En mi experiencia he visto que este tipo de alienadores puede o no conseguir un nivel severo. La maldad en el ser humano no conoce límites. 

Estos tres tipos de alienadores, tal y como reconoce la literatura científica – José Manuel Aguilar Cuenca; Arantxa Coca, Doènec Luengo, Asunción Tejedor, entre otros muchos- no suelen ser puros, sino que una misma persona puede tener características de los distintos grupos, pero con predominio de uno de ellos.

Por otra parte, según la forma de programar a los hijos, podemos hablar de : 

1º. Alienadores victimistas, que manipulan a sus hijos a base de generar pena, presentándose como víctimas. Urden bien sus falacias y suelen ser muy buenos actores/actrices.  Los hijos con esta clase de padres se vuelven  en “ protectores” del progenitor alienador. Dichos menores intentan ser responsables de sus padres, cosas que les genera muchísima ansiedad, somatizan mucho, padecen insomnio y en general, presentan bajo rendimiento escolar. 

Debo advertir que no todos los menores alienados tienen calificaciones bajas. Estos es un error que se comete muy a menudo por psicólogos, jueces, fiscales, abogados y trabajadores sociales. Conozco menores con SAP moderado e incluso severo que obtienen muy buenas calificaciones en el colegio. Ello se produce, porque han pasado tanto tiempo sin ver al padre odiado que le consideran un extraño sin más. 

2º.- Alienadores autoritarios. Estos se sirven de una conducta de enfado y rabia contra los hijos. Estos alienadores manipulan a sus hijos generando temor. Se convierten en niños muy obedientes, con una relación hacia el alienador de tipo subordinado muy generoso. Son soldados obedientes”.  Son menores que no suelen bajar en sus calificaciones académicas, ya que son muy aplicados en sus responsabilidades. Por lo tanto, no siempre es válido el indicador del rendimiento escolar de un niño para valorar si ha sido o no alienado. 

Me he encontrado en ocasiones con casos de comportamientos autoritarios de padres alienadores, generando temor en los hijos, y que ha provocado en los mismos ideas autolíticas, suicidas,  intentos de suicidio y daños autolíticos, fugas del hogar con ideas suicidas. 

¿ PUEDE EL ALIENADOR LLEGAR A ARREPENTIRSE?

Jamás he conocido un alienador arrepentido. Sí he comprobado, cuando he desenmascarado a un alienador judicialmente y sabe que va a perder la custodia de sus hijos, que abogados/as que defienden a esta clase de maltratadores, intentan llegar a un acuerdo extrajudicial para conservar la custodia bajo el argumento de que “ no va a volver a ocurrir”. Nunca caigan en la trampa de que un alienador va a cambiar y a reconocer el daño tan cruel causado a sus hijos y a usted mismo. Este comportamiento de progenitores “ aparentemente” arrepentidos es un mero espejismo. Actúan de esta manera porque ven que pueden perder la custodia. Nunca crean a estas personas, ni mucho menos lleguen a ningún acuerdo. 

Todos los alienadores que conozco son militantes de su gran mentira. El arrepentimiento conlleva enormes problemas: el reconocimiento de una actuación insidiosa y deleznable, la falta de credibilidad ante los demás, la culpabilidad con la que a partir de ahora se deberá convivir, la falta de autoconfianza, los juicios de que será objeto, etc. Arrepentirse es además, abandonar la posición que, aunque falsa se ha conseguido cristalizar día a día, y que ahora debe dar paso a otro orden de cosas, contrarias a las que se quiso destruir. 

Arrepentirse para el maltratador psicológico es ante todo “ fracasar”: perder el afecto de los hijos como monopolio, pues ahora volverá a compartirlo, y perder la confianza del entorno que hasta ahora le había acompañado en la alienación, por más que se repita de manera constante que había actuado solo pensando en el bien de los hijos. 

No disculpe jamás a su alienador. En caso de que le perdone,  volverá a delinquir contra sus hijos y contra usted. No se debe perder de vista que SAP es una forma de maltrato psicológico hacia un hijo, pero también lo es hacia el progenitor “ diana”, “ rechazado” u “ odiado “ de manera patológica por sus hijos. 

Moraleja de la fábula “ El escorpión y la rana”:  «No trates de engañarte con alguien creyendo que es o puede ser igual que tú; hay personas que sacarán su maldad sin importarles las consecuencias de sus actos, ni dañarse incluso a sí mismos».

Esteban Bastida Martín.

Todos los derechos reservados

ISBN 978-84-19304-02-5

Descubre todos los detalles en:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *